martes, 17 de noviembre de 2009

Para venderte mi corazón
no necesito mas que dos testigos:
Que me digas que llevo razón
que hace tiempo dejamos de ser amigos.

Y ahora que miras atrás
sólo piensas en caer
y yo pienso salpicar de sonriras
cualquier triste amanecer

Donde dejamos que la pasión
envolviera nuestros destinos?

Donde se rompió el caparazón
y mi abrazo fue tu abrigo?

Y ahora quieres saltar
No piensas en temer
yo pienso salpicar de sonrisas
cualquier triste amanecer

Para venderte mi corazón
no necesito mas que dos testigos:
Que me digas que llevo razón
que hace tiempo dejamos de ser amigos.

1 comentario:

  1. ¡Que bonito! Oh, el amor que nos desarma de razones y nos deja vencidos ante cualquier insignificante gesto del ser amado. Y así será.

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